Si alguna vez ha invertido dinero en algún producto, proyecto, mercado, bien o activo tangible o intangible u otra cosa, y le preguntara si lo ha analizado antes de hacerlo, probablemente sus palabras serían “claro que lo he valorado, y estoy convencido de que ganaré dinero con ello porque me han dicho…, me han aconsejado y recomendado..., veo que existe una tendencia, sé de un caso, etc”.
Muy bien, pero al margen del componente especulativo que nos ha empujado a invertir para obviamente obtener un beneficio económico por la acción llevada a cabo, ¿qué me respondería si le preguntara qué tipo de inversión ha hecho?, ¿ha sido conservadora?, ¿tal vez equilibrada?, ¿o más bien agresiva?, entonces sería muy posible que Vd. no sepa responder con la misma contundencia si no ha tenido en cuenta el “Triángulo de la Inversión”.
- Rentabilidad
- Liquidez
- Riesgo
Es el beneficio obtenido por nuestro dinero en %. Esta cifra se obtiene
dividiendo la cantidad depositada/cantidad generada neta.
Es la rapidez o facilidad que tendríamos para disponer de nuestro capital
invertido.
Con ello medimos el grado de peligrosidad que existe de perder nuestra
inversión.
Llevados al Triángulo de Inversión nos diría que estaríamos ante una
inversión que apuesta por una mayor seguridad, una liquidez media y una baja
rentabilidad, por tanto sería conservadora.
En este caso, nuestra inversión sería más agresiva que media, ya
que la volatilidad de estos productos es alta y por tanto existe
una menor seguridad frente a una mayor rentabilidad.
"En todo momento debes saber lo que tienes y por qué lo tienes."
PETER LYNCH. (Uno de los mejores y más exitosos inversores y managers de fondos de inversiones de todos los tiempos).